Hace tiempo que circulan esas odiosas cadenas vía mail. Soy bastante pesado con amigos y amigas, repitiendo una y otra vez: "Por favor, no más correos de este tipo". Sin embargo, siempre hay algún despistado, o quizás gracioso, que lo hace.
Recuerdo cuando abrí por primera vez un mail así. Por entonces, mi cuenta gratuita de correo era para eso y poco más. Actualmente, cuando la utilizo para fines profesionales, ya prefieres apartar este tipo de contenidos (debo reconocer que me tengo reído mucho con algunos), o como mucho, destinarlos a una cuenta de correo diferentes.
Recuerdo algunos mails, que si duda tenían gracia, que eran nada más y nada menos que errores de alumnos en diferentes examenes, pruebas de selectividad, o trabajos de aula. Nunca me los he tomado muy en serio, pues la credibilidad ese tipo de correos sueles ser poca, y como consecuencia existen webs que se dedican a descubrir todas las mentiras.
De todas formas, sabiendo que no son otra cosa más que chistes (aunque en algunos casos puedan ser fieles a la realidad), no me gustan especialmente por el mensaje que transmiten.
El pensar que un docente decida abrir al mundo las respuestas de un examen, y seguro que muchos que lean estos mails pensarán que es así, evidencia al docente. Las propias respuestas absurdas de los alumnos (algunas me parecen más inteligentes que otra cosa), los evidencian a ellos mismos. Y la lectura del contenido, evidenciará a la profesión, y a la educación en general.
Para mí, la lectura debería ser sencilla y breve; el docente que abre al mundo semejantes cuestiones está reconociendo que es un pésimo profesional. En caso contrario, no presumiría de la ignorancia de sus alumnos.
Recuerdo cuando abrí por primera vez un mail así. Por entonces, mi cuenta gratuita de correo era para eso y poco más. Actualmente, cuando la utilizo para fines profesionales, ya prefieres apartar este tipo de contenidos (debo reconocer que me tengo reído mucho con algunos), o como mucho, destinarlos a una cuenta de correo diferentes.
Recuerdo algunos mails, que si duda tenían gracia, que eran nada más y nada menos que errores de alumnos en diferentes examenes, pruebas de selectividad, o trabajos de aula. Nunca me los he tomado muy en serio, pues la credibilidad ese tipo de correos sueles ser poca, y como consecuencia existen webs que se dedican a descubrir todas las mentiras.
De todas formas, sabiendo que no son otra cosa más que chistes (aunque en algunos casos puedan ser fieles a la realidad), no me gustan especialmente por el mensaje que transmiten.
El pensar que un docente decida abrir al mundo las respuestas de un examen, y seguro que muchos que lean estos mails pensarán que es así, evidencia al docente. Las propias respuestas absurdas de los alumnos (algunas me parecen más inteligentes que otra cosa), los evidencian a ellos mismos. Y la lectura del contenido, evidenciará a la profesión, y a la educación en general.
Para mí, la lectura debería ser sencilla y breve; el docente que abre al mundo semejantes cuestiones está reconociendo que es un pésimo profesional. En caso contrario, no presumiría de la ignorancia de sus alumnos.