Se ha hablado ya mucho sobre el uso de las TIC en educación, y el debate para mí no existe. Lo que sí sigue existiendo es la diferencia existente entre el discurso y la práctica, de tal manera que ese pensamiento ideal en el que todos estamos de acuerdo nos lleva a prácticas diferentes. Es decir, "que sí, que las TIC están muy bien, que podemos hacer un montón de cosas, que el alumno interactúa de tal forma que puede crear conocimiento...". Varias perspectivas pueden afirmar que así es y sin embargo ejemplificarlo en la práctica de maneras muy diferentes.
Bajo mi visión hay varios ejemplos clave, el primero referido a la pizarra digital, sobre la que ya he hecho referencia en una entrada anterior. Sin discutir las capacidades de la herramienta en sí, el uso (o el gran desuso) deja mucho que desear. Y la forma en la que se emplea es diversa. Algunos optan por trasladar fichas sin más. Otros buscan actividades en cualquier repositorio, y la colocan sin tener en cuenta el contexto, y donde los alumnos siguen siendo sujetos pasivos receptores de información. No dudo tampoco de buenas prácticas con la pizarra, al igual que tampoco dudo de buenas prácticas con el libro de texto, pues al final el debate no debería ser si libro sí o libro no, y pizarra sí o pizarra no.
Otro ejemplo muy claro suele ser el software usado en las aulas. Por alguna razón jclic está en todos los centros que he visitado. Y siempre me he asombrado de ver horas asignadas en el aula de informática para resolver actividades de jclic, en donde el papel del profesor era de vigilante. Los niños acudían felices al aula de informática, "les motivaba mucho", pero curiosamente a todos los niños que conocí les motivaban muchas otras cosas; salir del aula, y nunca salían; elaborar proyectos, y nunca elaboraban... después de ver un montón de actividades jclic, no llegué a comprender el éxito del programa, desde el punto de vista del aprendizaje. Prácticas que serían vistas de otra forma de no estar frente a un ordenador. Nunca vi a un niño hacer un proyecto con jclic, sólo resolverlo. De alguna manera, me parece una prolongación del libro y las actividades tipo que suelen aparecer en los mismos. Tampoco dudo de buenas prácticas con jclic, ahora bien, no las he visto.
Aquí hay algo clave que es la digitalización, es decir, expresar datos de forma digital, sin que para ello haya una profunda reflexión. Así tomamos los ejercicios del libro, los pasamos a un proyecto jclic, y ya hemos mejorado la práctica docente. Si además pongo esas actividades en la pizarra, me convierto en lo más. Y ahora empieza el debate con los libros digitales.
Y ... ¿qué importa el formato si siguen siendo lo mismo?
Bajo mi visión hay varios ejemplos clave, el primero referido a la pizarra digital, sobre la que ya he hecho referencia en una entrada anterior. Sin discutir las capacidades de la herramienta en sí, el uso (o el gran desuso) deja mucho que desear. Y la forma en la que se emplea es diversa. Algunos optan por trasladar fichas sin más. Otros buscan actividades en cualquier repositorio, y la colocan sin tener en cuenta el contexto, y donde los alumnos siguen siendo sujetos pasivos receptores de información. No dudo tampoco de buenas prácticas con la pizarra, al igual que tampoco dudo de buenas prácticas con el libro de texto, pues al final el debate no debería ser si libro sí o libro no, y pizarra sí o pizarra no.
Otro ejemplo muy claro suele ser el software usado en las aulas. Por alguna razón jclic está en todos los centros que he visitado. Y siempre me he asombrado de ver horas asignadas en el aula de informática para resolver actividades de jclic, en donde el papel del profesor era de vigilante. Los niños acudían felices al aula de informática, "les motivaba mucho", pero curiosamente a todos los niños que conocí les motivaban muchas otras cosas; salir del aula, y nunca salían; elaborar proyectos, y nunca elaboraban... después de ver un montón de actividades jclic, no llegué a comprender el éxito del programa, desde el punto de vista del aprendizaje. Prácticas que serían vistas de otra forma de no estar frente a un ordenador. Nunca vi a un niño hacer un proyecto con jclic, sólo resolverlo. De alguna manera, me parece una prolongación del libro y las actividades tipo que suelen aparecer en los mismos. Tampoco dudo de buenas prácticas con jclic, ahora bien, no las he visto.
Aquí hay algo clave que es la digitalización, es decir, expresar datos de forma digital, sin que para ello haya una profunda reflexión. Así tomamos los ejercicios del libro, los pasamos a un proyecto jclic, y ya hemos mejorado la práctica docente. Si además pongo esas actividades en la pizarra, me convierto en lo más. Y ahora empieza el debate con los libros digitales.
Y ... ¿qué importa el formato si siguen siendo lo mismo?